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La poda de plantas madre

Me gustaría saber cuál es la mejor técnica para podar una planta madre y lograr que produzca muchos esquejes. También me gustaría saber cómo conservarla a largo plazo para que dure muchos años en buenas condiciones. Me han pasado tres esquejes de distintas variedades californianas que me gustaría guardar para ir haciendo cosechas de cualquiera de ellas cada vez que me apetezca. He llegado a un acuerdo con dos amigos cultivadores para venderles esquejes siempre que lo necesiten. Tienen que ser de buena calidad, así que necesito consejos sobre cómo conservar las madres y con qué margen de tiempo debo cortar los esquejes para que estén listos cuando ellos los necesiten. Muchas gracias y un saludo cannábico.

Manuel

El mejor sistema para dar forma a una planta madre es la poda en candelabro. Es una técnica muy sencilla que consiste en cortar la punta del tallo central cuando el esqueje tiene alrededor de 20-30 cm de altura. Este despunte provocará dos cosas: por un lado, brotarán dos nuevos tallos desde el primer brote que haya justo por debajo del corte y, por otro, las ramas secundarias se desarrollarán más. Una o dos semanas después, despuntaremos todas las ramas para que de cada una brote dos nuevas puntas de crecimiento. De nuevo, dos semanas después repetiremos el proceso con cada punta. Este sistema permite crear una planta madre con la forma de un candelabro, en que cada rama se va duplicando en dos varias veces y conseguimos un gran número de puntas de crecimiento, que cortaremos como esquejes cuando nos hagan falta. En cuanto repetimos este proceso varias veces, la planta madre acaba teniendo docenas de puntas, que, salvo que esté en una maceta muy grande y con mucha luz y espacio, suelen ser demasiadas. Después de cada extracción de esquejes conviene aligerar un poco la planta podando algunas ramas para que la energía se pueda concentrar en un número razonable de puntas. En una maceta de 10 l, una planta madre puede dar perfectamente veinte o treinta esquejes cada vez, siempre que esté bien iluminada y bien alimentada.

Las madres no necesitan una luz tan intensa como las plantas en floración, pero para obtener esquejes fuertes y vigorosos tampoco podemos mantenerlas bajo un débil fluorescente. En mi opinión, lo mejor es usar una lámpara de ledes regulable, que nos permitirá ir ajustando la intensidad hasta lograr el crecimiento óptimo.

Las madres necesitan abono regularmente, pero no conviene usar dosis muy altas ni pasarse con el nitrógeno. El exceso de nitrógeno genera un crecimiento muy rápido, pero con tallos blandos que no resisten bien el proceso de enraizado. Personalmente, suelo regar las madres con abono de crecimiento a un EC no superior a 1.0, pero cada dos o tres abonadas les doy una con abono de floración al mismo EC. Esa dosis extra de fósforo y potasio favorece un endurecimiento de los tallos, que facilita el enraizamiento.

El tiempo que tardan las plantas en enraizar depende de la variedad y de la temperatura. Hay plantas que enraízan con mucha facilidad y otras a las que les cuesta más. Una planta de fácil enraizamiento y con una temperatura de entre 24-28 ºC puede brotar raíces en siete u ocho días, mientras que con más frío y una genética a la que le cueste más, el tiempo puede doblarse. Tendremos que aprender cuánto tarda en enraizar cada una de nuestras madres para poder calcular cuántos días antes de la fecha de entrega debemos sacar los esquejes.

En mi opinión, el sistema más fácil de hacer esquejes es usar miniinvernaderos y bandejas de plugins, que son bandejas con los huecos ya llenos de una mezcla especial de turba que viene prehumedecida. Solo hay que cortar el esqueje, limpiar de hojas el nudo que va a ir enterrado, sumergir el nudo en hormona de enraizamiento y colocarlo en uno de los alvéolos de la bandeja, asegurándose de que el nudo quede bajo tierra. Luego fumigamos los esquejes con agua y colocamos la tapa del invernadero con los agujeros de ventilación cerrados. Cada mañana y cada tarde abrimos la tapa durante unos segundos para que se ventile un poco y volvemos a cerrarla. A partir del tercer día, podemos ir abriendo las rendijas de ventilación un poco más. Los esquejes necesitan algo de luz para enraizar, pero poca. Aquí sí podemos usar un tubo fluorescente sin miedo de que les falte intensidad. Una vez empiecen a aparecer las raíces por los agujeros de la bandeja, los esquejes ya están listos para el trasplante. Es importante trasplantarlos cuanto antes, pero sin olvidar que aún están débiles, por lo que deben colocarse en un lugar con alta humedad y luz no excesivamente intensa. En los días posteriores al trasplante iremos bajando progresivamente la humedad y aumentando la intensidad de la luz, pero sin prisa, para que se vayan adaptando.

Profesor Cáñamo

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