En las últimas décadas, el estudio de psicodélicos para tratar diversas patologías psiquiátricas ha despegado como si de un cohete se tratase. Después de años de prohibición, en los que administrar este tipo de sustancias a humanos se veía como un acto impensable, las murallas que impedían el estudio de estas apasionantes moléculas se han ido resquebrajando. Siguen siendo sustancias fiscalizadas e...